jueves, 5 de febrero de 2009

LA INDIANILLA

Fermín Revueltas (1901 – 1935) tenía sólo diecinueve años cuando su óleo, de la fachada de un depósito de tranvías eléctricos llamado La Indianilla, fue galardonado con el premio de adquisición del Departamento de Bellas Artes y exhibido durante la exposición del Centenario de la Independencia en la antigua Academia de San Carlos. [1]
Por ese entonces, un amigo suyo, el poeta Manuel Maples Arce (1900 – 1981), lo había incitado a incorporar en sus cuadros el latido de la urbe moderna y el universo fabril, asuntos considerados banales y carentes de belleza por muchos de sus coetáneos quienes se inclinaban más hacia la corriente nacionalista imperante, impulsada por la agenda política de la revolución triunfante.
El mismo poeta Maples Arce fue autor del manifiesto estridentista, un escrito considerado el origen literario de este movimiento y del cual Revueltas formó parte hacia 1922. El estridentismo era un movimiento artístico que se manifestó por totalizar la experiencia modernista y remontar la ancestral exclusión del país de las rutas del progreso. En la pintura se hizo presente con ecos de vanguardias europeas como el futurismo italiano y el expresionismo alemán.
Revueltas pintó La Indianilla bajo las aspiraciones cosmopolitas y la estética de este movimiento. La elección de la estación de tranvías como tema central de la obra reivindicó el paisaje urbano, la modernidad; en tanto que la simplificación geométrica del trazo y la elección de los colores cítricos se relacionaban posiblemente con el valor simbólico que atribuían al color pintores alemanes como Franz Marc (1880-1916), del grupo El Jinete Azul también de origen literario.
Me gustaría comentar ahora sobre Fermín Revueltas y la relación que tiene su obra con el patrimonio industrial en México y su rescate. El inmueble que ocupaba la estación La Indianilla fue rescatado en el 2006 por el Gobierno del Distrito Federal para convertirlo en el Centro Cultural Estación Indianilla (CCEI) en la colonia Doctores. No está nada mal que un edificio del pasado industrial de México, que en su momento fuera reivindicado por la pintura de Fermín Revueltas, haya sido objeto de inversión económica para ser habilitado con salas de exposiciones temporales y permanentes además de otros espacios multiusos. Habrá que darle seguimiento a dicha iniciativa y ver qué impacto tiene en la escena cultural.
Como colofón puede ser interesante anotar que esta significativa pintura actualmente forma parte del acervo de la Colección Privada ING, en la que aparece catalogada bajo el título de Subestación. La ficha técnica y el comentario de obra pueden consultarse en el recorrido virtual de la muestra Horizontes. Pasión por el paisaje, [2] una muestra itinerante que se ha presentado en varias salas del país.

FERMÍN REVUELTAS
La Indianilla (Subestación), 1921
Óleo sobre tela
98.5 x 119 cm.
Colección Privada ING



[1] FRANCISCO REYES PALMA “Otras modernidades. Otros modernismos” en Hacia otra historia del arte en México. La fabricación del arte nacional a debate (1920 – 1950). CONACULTA. México, 2002. P. 20
[2] http://www.museovirtualing.com.mx/

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