lunes, 11 de febrero de 2013

¿HAY EN IZTAPALAPA ALGO MÁS QUE PROBLEMAS?



Con poco más de 1 millón 800 mil habitantes (INEGI, 2010) la delegación Iztapalapa es la demarcación más poblada de México. Falta de infraestructura urbana y de transporte, violencia e inequidad social, escasez de centros culturales y educativos, infructuosas disputas políticas y ahora, jaurías de perros presuntamente asesinos, son algunos de los problemas que enfrenta diariamente.

Sin embargo, ¿hay en Iztapalapa algo más que sólo problemas?

Con una historia que se remonta a la época prehispánica,  Iztapalapa alberga inmuebles de gran interés cultural como el ex convento de san Juan Evangelista en Culhuacán, uno de los más antiguos de la Ciudad de México. Fundado en 1560 por los franciscanos, posteriormente fue cedido a la orden agustina bajo cuyo auspicio se realizó la profusa decoración de sus muros. Este edificio histórico ubicado a las faldas del Cerro de la Estrella actualmente es museo y centro cultural comunitario. El ex convento está al cuidado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la entrada es gratuita.  

Siendo Iztapalapa una demarcación de grandes contrastes y crueles ironías, también es conocida por tener  uno de los monumentos más feos del país: Cabeza de Juárez, una escultura en cemento de seis toneladas de peso realizada por Lorenzo Carrasco y Luis Arenal. La obra fue inaugurada en 1976 durante el sexenio del presidente Luis Echeverría Álvarez y por muchos años fue referente de los últimos confines de la capital. De acuerdo al Sistema de Información Cultural del CONACULTA Cabeza de Juárez es un museo que “cuenta con pinturas murales abstractas y una exposición permanente que incluye cronologías 1806 a 1872, litografías y una colección de banderas de América”. 

Pero posiblemente la aportación cultural por la que la delegación Iztapalapa sea más reconocida en la actualidad  es la escenificación de la Pasión de Cristo durante la Semana Santa. Esta festividad es una tradición popular de gran raigambre y significado para la ciudad en su conjunto, no tan sólo para Iztapalapa. Se ha celebrado anualmente desde 1843 y cuenta con la participación de cientos de actores locales. Merecidamente, el año pasado fue declarada Patrimonio Cultural del Distrito Federal, una antesala al deseado reconocimiento de la UNESCO. 

Como es evidente, en cuestión cultural sí podría haber luz al final del túnel.

El actual Jefe Delegacional, el perredista Jesús Valencia, presentó a finales del año pasado el "Consejo para la Transformación de Iztapalapa" destinado al diagnóstico y con suerte, a la solución, de los problemas que aquejan a su demarcación.  El Consejo está formado por 16 expertos en  urbanismo, educación, cultura, sustentabilidad, ciencias sociales y medio ambiente. Algunos de los integrantes son: Enrique Norten, Julio Frenk Mora, Héctor Castillo Berthier, Antonio Alonso Concheiro, Alejandra Moreno Toscano, Eugenio Gómez Reyes, Guadalupe Loaeza, Mireya Imaz, Rafael Camacho Solís, René Alejandro Jiménez Ornelas y Sergio Zermeño. Su función sería el apoyar en el diseño y ejecución de programas y políticas públicas durante la actual gestión.

Esperemos que las buenas intenciones lleguen finalmente a la práctica y que la delegación Iztapalapa sea, ahora sí, algo más que tan sólo sus problemas. 

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