lunes, 29 de julio de 2013

SEARCHING FOR SUGAR MAN

Difícil saber donde inicia o donde termina la historia de Sixto Rodríguez.

Nieto de migrantes mexicanos que llegaron a Detroit en la década de los veinte, Sixto vivió su infancia y adolescencia deambulando en las barriadas de una ciudad decadente. Ya en los sesenta, compuso un conjunto de canciones en un estilo muy identificado con su propia época, oscilante entre el fraseo de Bob Dylan, la presencia de José Feliciano y la musicalidad de Carol King. Un poco de folk, algo psicodelia y mucho soul.  Rodríguez lanzó al mercado dos discos que parecían estar llamados a alcanzar la gloria: Cold Fact (1970) y Coming from Reality (1971). Sin embargo, sus grabaciones para el sello discográfico Sussex Records no llegaron a ninguna parte, orillando su música al más profundo de los olvidos y su existencia al panteón de las leyendas. Su canción emblemática, Sugar man, a medio camino entre la oscuridad de I’m waiting for the man de los Velvet Underground y el lirismo de White Rabbit cortesía de Jefferson Airplane, nos hace cuestionarnos seriamente el por qué Sixto Rodríguez no alcanzó la celebridad en la escena musical norteamericana.  

Silver magic ships you carry
Jumpers, coke, sweet Mary Jane
Sugar man you're the answer
That makes my questions disappear

Tras abandonar la música profesional ante la escasez de ventas de sus elepés, Rodríguez siguió laborando como trabajador de la construcción, viviendo en la misma humilde casa y tocando ocasionalmente, ajeno por completo al fenómeno de circulación y recepción que sus acetatos tuvieron en otras latitudes del mundo. En naciones como Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda sus canciones eran himnos que corearon varias generaciones deseosas de encontrar su propia voz.

En los noventa, Craig Bartholomew y Stephen Segerman inician la búsqueda de este misterioso cantante, recopilando mitos sobre su desaparición y muerte ya fuera por locura o sobredosis. Al cabo encuentran a Rodríguez, lo contactan y organizan juntos la gira Dead men don’t tour: Rodriguez in South Africa en una especie de justicia poética para el cantautor. Sin embargo, en el resto del mundo Rodríguez seguía siendo invisible, hasta que el documental Searching for Sugar man llevó su historia al lugar que siempre tuvo. En 2006, el director de cine sueco, Malik Bendjelloul conoció en Ciudad del Cabo a Stephen Segerman  y de esa conversación surgió la idea de rodar el filme que ganaría los Premios del Jurado y del Público en el Festival de Sundance de 2012 y el Oscar al mejor documental en 2013.

El director Bendjelloul cuenta esta inverosímil historia casi a la manera de un thriller  policiaco mezclando entrevistas, material de archivo y animaciones. Tiene el atino de sólo entrevistar a los protagonistas de la misma y de no incluir a ninguna voz “autorizada” que nos diga qué tan bueno es Rodríguez. El documental se desarrolla a partir de unas preguntas básicas sobre la vida de Rodríguez y poco a poco va desmadejando el misterio, aderezando cada momento con la música del compositor. Al final, nos queda una reflexión sobre la importancia que concedemos al éxito en nuestra sociedad contemporánea: ¿es resultado del mérito? ¿Del azar? ¿Producto de la perseverancia o de la suerte? ¿Realmente vale la pena?  


Searching for Sugar man por fin ha llegado a las pantallas de los cineclubes en México. No pueden perdérsela.  




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