lunes, 27 de enero de 2014

MIRAR EN EL MUSEO: ALFRED HITCHCOCK Y BRIAN DE PALMA

Los museos están en todas partes, o al menos a mí me lo parece. Algunos le llaman deformación profesional, el trabajo dicta fuera de las horas laborales lo que llama o no la atención del observador. Siendo así, tal vez sí tengo una deformación profesional, con una pequeña diferencia: para mí no hay tal cosa como horas "no laborales".

Deformación profesional o no, en los últimos años me he dedicado a compilar imágenes y videos relacionados a los museos. Pero no crean que se trata de material documental o de registro, ni siquiera me gusta andar por ahí haciendo fotos o –peor aún- selfies de los lugares que he visitado. Todo lo contrario. Lo que me interesa explorar es el cómo se describe o utiliza el espacio del museo en otros medios que no son el museo mismo. Para ser más clara: acopio imágenes que son alusiones al museo, ya sea como concepto o como escenario, presencias subyacentes que en muchas ocasiones poco o nada tienen que ver con lo discursivo o lo formal.

Hace cuestión de una semana veía por primera vez la película Dressed to kill, “Vestida para matar” (Brian de Palma, 1980), un thriller policiaco con tintes psicológicos pero más bien gore donde aparece la siguiente secuencia desarrollada supuestamente en el Museo Metropolitano de Nueva York. Al parecer, no fueron otorgados los permisos de filmación al interior de las salas del Met, por lo que las tomas son en realidad de las galerías del Museo de Arte de Filadelfia. Aquí el personaje interpretado por Angie Dickinson visita el museo con la intención de matar el tiempo, y por qué no, de incitar una relación casual con un completo extraño.


Gran parte de la película Dressed to kill es un homenaje a Vértigo (Alfred Hitchcock, 1958). En particular, la siguiente secuencia  donde la actriz Kim Novak contempla apaciblemente una pintura  -el falso retrato de Carlotta Valdes- en tanto es acechada por el personaje  interpretado por James Stewart. La escena fue filmada en el Museo de Bellas Artes de San Francisco conocido también como “Legión de Honor”. La pintura en cuestión no forma parte de la colección, ya que fue realizada para cumplir con el argumento de la película.


En ambos casos mirar (y ser mirado) parece ser el nombre del juego. Personajes que  observan, vigilan y acechan, frente a otros que incluso sugieren o motivan encuentros al colocarse a sí mismos en exhibición como si de una pieza del museo se tratara. Evidentemente la locación del museo sugiere lecturas a distintos niveles relacionadas con la función del observador: el personaje que contempla la pintura, el que lo vigila y el espectador mirando la película. Especialmente fascinante es la idea de una ficción que tiene lugar en un museo donde las pinturas son también creadas como personajes pero que se encuentran en escenarios reales, rodeadas de pinturas, digamos, también reales. En cualquier caso y al nivel que sea, también estaré mirando, y recopilando imágenes para el Museo Imaginario.

¿Qué otras películas recuerdan donde el museo haya sido utilizado como escenario o parte de la trama? Más allá de una “Noche en el Museo” por favor…

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