lunes, 24 de septiembre de 2012

¿QUÉ HACE POSIBLE AL MUSEO?



Esta mañana llegó a mis manos la declaración de cierre  del encuentro “¿Qué hace posible al museo?” organizado del 17 al 19 de septiembre por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El evento fue coordinado por el Instituto de Investigaciones Estéticas, el Museo Nacional de Antropología y el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC).

El encuentro reunió a 38 expertos, principalmente altos directivos que trabajan en instituciones relacionadas a la gestión pública de la cultura y de los museos en países de América como México, Brasil, Estados Unidos, Perú y Venezuela; además de España, Francia y Holanda. En el ámbito nacional llama poderosamente la atención la presencia de Francisco Labastida y de Rafael Tovar y de Teresa, ambos personajes muy cercanos a la maestra Teresa Uriarte, actual responsable de Difusión Cultural en la UNAM y candidata –en algunas discusiones de café- a presidir el CONACULTA en una próxima administración. También fueron invitados como conferencistas Kenia López, Presidente de la Comisión de Cultura del Congreso de la Unión, el Dr. José Sarukhán quien fuera rector de la UNAM y Nina Serratos, actual titular de cultura en el Distrito Federal.  

La asistencia al encuentro –estrictamente por invitación- fue bastante nutrida, y me comentan que también muy participativa. Al último día del encuentro se llevaron a cabo mesas de trabajo coordinadas por el Comité Museológico integrado por Renato González, Diana Magaloni, Graciela de la Torre, Magdalena Zavala, Laurencia Mercado y Jorge Reynoso, donde los asistentes compartieron sus puntos de vista, los cuales en términos generales se recogen en este documento de conclusiones que fue entregado al término.

Aunque el documento en cuestión no es una declaratoria como tal, expresa muy sintéticamente -en tan sólo dos cuartillas- las conclusiones generales de los profesionales de museo participantes. Interesante cuestión sobre todo ahora que México se encuentra frente a un posible giro de timón en las políticas culturales debido a la entrada de una nueva administración el próximo mes de diciembre.  Y más interesante aún, considerando que muy probablemente la mayor parte de los participantes y organizadores del encuentro estarán en la primera fila durante el cambio.

Pero primero, lo primero. El documento define al museo muy en la línea de la nueva museología, como “centro de conocimiento y aprendizaje en los que se preserva y activa la memoria mediante la experiencia”. Continúa afirmando que el museo es un espacio de “consenso simbólico y conceptual” pero también de debate. En palabras textuales, promueve “la pluralidad, la inclusión, la conciencia crítica y la mejora en la calidad de vida”.

Pero tal vez el verdadero meollo de la reunión y al cual se consagra el resto del documento es la llamada “autonomía del museo” como una política que al ser hipotéticamente adoptada por el Estado – en su sentido amplio y particular- obligaría a “otorgar  recursos, crear instrumentos legales o articular herramientas administrativas que permitan a los museos el desarrollo óptimo de sus funciones”. Evidentemente hay algo inoperante en el actual sistema de regulación de los museos nacionales, adscritos o no al Estado, que provoca que los profesionales de los museos deseen nuevas políticas facilitadoras de su labor cotidiana.

La declaratoria se cuida mucho de no caer en la controversia de la privatización del sector al afirmar categóricamente que “en ninguno de los casos analizados durante el encuentro, la autonomía intelectual y de gestión de los museos reduce o matiza la tutela del Estado sobre el patrimonio cultural, el carácter inalienable de las colecciones o, en su caso, el carácter público de la propiedad de los bienes intangibles o tangibles, muebles o inmuebles”. Una afirmación válida en el ámbito de lo público, pero que excluye la legítima propiedad en el caso de las colecciones e instituciones administradas de manera privada, es decir, por iniciativa ciudadana y que en la actualidad no tienen un marco legal al cual acogerse como “museos” dejándoles el nebuloso estado de “Asociaciones Civiles”.

En resumen, el documento establece que para que los museos de México ganen su mayoría de edad y sean autónomos frente a su propia gobernabilidad, deberían realizarse las siguientes acciones, y aquí cito al Comité Museológico organizador: “a) conformación actual de los museos en México; b) marco jurídico y administrativo; c) fortalecimiento de las competencias profesionales; y d) impacto social, incluyendo a los grupos sociales que no asisten a los museo”.

El cuestionamiento sobre el marco operativo, sobre todo legal, de los museos en nuestro país se suma al debate sobre las reformas estructurales en otras materias como la fiscal, la de trabajo, la educativa y la del Estado. Esto no es pequeño asunto si consideramos que la cultura necesariamente es un eje transversal que lo atraviesa todo -economía, educación, turismo, desarrollo social, etc.-,  por lo que el pliego petitorio de los profesionales de la cultura no debería ser pasado por alto o tomado a la ligera en una reforma estructural de fondo.

Siempre que leo sobre la necesidad de reformas legales, pienso en México como un país de gran voluntad y tradición legislativa pero también como un país de escasísimo cumplimiento de la ley ¿Acaso será posible combatir en el próximo sexenio nuestra centenaria herencia histórica del “hágase pero no se cumpla”?

México ante lo legal es una nación de paradojas, o si se quiere, un país neurótico que busca el cambio pero no lo acepta, que propone leyes pero no las acata. Que a la cultura y a los museos no les ocurra lo mismo: el cambio –desde cualquier punto de vista- es inminente ¿queremos estar a la saga o a la vanguardia?

IMAGEN: Escena de la película Ferris Buller's day off en el Art Institute of Chicago  

lunes, 27 de agosto de 2012

REFLEXIONES SOBRE POLÍTICA DE RECAUDACIÓN DE FONDOS: EL CASO DEL MUSEO RUFINO TAMAYO


Importante controversia se ha creado en relación a la reapertura del Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo luego de conocerse que dos de sus salas llevarán el nombre de Carlos Hank Rhon,  hermano del ex alcalde de Tijuana, Jorge Hank Rhon. Especialmente indignada fue la declaración de la investigadora y crítica de arte Raquel Tibol, quien expresó al diario La Jornada[1] lo siguiente: “Resulta vergonzoso que la cultura y el arte estén hoy dependiendo de los dineros de los ricachones sin averiguar el origen de esas acumulaciones. Evidentemente, desprestigia al Museo Tamayo arrastrarse de esta manera frente a semejantes personajes”.

      En la misma nota periodística, el presidente del patronato de la Fundación Olga y Rufino Tamayo, David Cohen, respondió que las salas no sólo llevarán el nombre del donante, sino que éste aportará una cantidad anual para su mantenimiento. La cantidad del donativo es aún desconocida, pero en cifras oficiales expresadas por el presidente Felipe Calderón en la pre inauguración del recinto el pasado 21 de agosto y consignadas por un boletín de prensa de CONACULTA del mismo día[2],  la inversión rebasó los cien millones de pesos, 34 de ellos aportados por la Fundación Olga y Rufino Tamayo y 68 dispuestos por el gobierno federal. Todo apunta a que los donativos forman parte de la cifra con la que contribuye la Fundación que lleva el nombre del pintor oaxaqueño y su esposa.

        Cien millones de pesos y más de un año de trabajo son la inversión realizada para la reapertura de este emblemático museo que fuera fundado en 1981 y que, desde entonces, había permanecido casi inalterado en sus espacios museísticos y servicios al público. El renovado museo contará con más metros cuadrados de exhibición, espacios educativos, un centro de documentación, mejores depósitos de obra, con una librería y un restaurante. 

        A partir del 26 de agosto podrán visitarse nuevas exposiciones, entre éstas una antología con obra de Rufino Tamayo,  una memoria de la intervención del edificio y tres muestras curadas por Julieta González,  Sofía Hernández Chong Cuy y Magnolia de la Garza, respectivamente. Sin embargo, todo parece haber sido opacado por los apellidos Hank Rhon y el cuestionamiento que de su presencia hace un sector de la comunidad artística en nuestro país. 

        Sin pretender discutir o aclarar aquí las razones del descontento expresado, que esta nota periodística nos sirva como pretexto para discutir sobre la importancia que tiene para nuestros museos el mantener férrea  vigilancia sobre las políticas de recaudación de fondos, lo que incluye –entre  otras cuestiones- los derechos y obligaciones que una aportación en efectivo o en especie imponen en la siempre compleja relación museo – donante.
       
        Históricamente el apoyo a las actividades artísticas y culturales ha supuesto  un intercambio entre quien otorga y quien recibe. Estamos de acuerdo que el mero interés por el arte y la cultura a veces no son motivo suficiente para que el donante apoye nuestro museo de manera desinteresada. Además del debido agradecimiento, el mecenas, patrono, benefactor o donante –este último término siendo el más adecuado en la actualidad- espera del museo beneficios simbólicos y beneficios materiales: prestigio, sitio social, exención de impuestos, etc.
       
        ¿Es el objetivo último de la recaudación de fondos financiar el museo? Sí como solución inmediata, pero no como política a largo plazo. Me explico. Desde mi punto de vista, el objetivo principal de una campaña de recaudación de fondos para un museo será el generar la conciencia en la comunidad de las necesidades financieras que el museo enfrenta para hacer realidad sus proyectos y, por ende, motivar el compromiso y la solidaridad mediante la convocatoria a los posibles donantes. Por este motivo es de gran importancia acompañar nuestra campaña de recaudación de fondos con una campaña de comunicación que difunda no sólo nuestra necesidad inicial de financiamiento, sino también la utilización de los recursos recaudados y la evaluación de los resultados y el impacto en la comunidad.  

        Nótese que al hablar de comunidad ampliamos nuestro concepto de donante. Éste no sólo es el “pez gordo” que entrega millones sino también son nuestros visitantes, nuestros proveedores, nuestros voluntarios. Son todos aquellos que aportan su tiempo, dinero o recursos a nuestro museo. Son nuestros amigos del museo. Bajo este concepto todos participamos, todos somos donantes, el museo se vuelve un bien común, una responsabilidad compartida.

        El riesgo como museo es creer que nuestros donadores son sólo aquéllos que pueden aportar por encima de cierta cantidad y crear una relación de clientelismo con estos donantes. La solución reside en generar una política de recaudación de fondos escalonada, que no piramidal, donde todos y cada uno de los miembros de la comunidad sea un donante, es decir donde cada uno de ellos sea un ciudadano de excepción, una persona especial: un amigo del museo.

        Aunque los fondos estatales fueran suficientes para el mantenimiento de la infraestructura cultural de todo el país, un museo –sin importar su naturaleza, pública o privada- debería  considerar como parte integral de su gestión el desarrollo e implementación de una política de recaudación de fondos que fomente la participación de la comunidad y eleve el sentido de responsabilidad y pertenencia que ésta tiene para con sus proveedores de servicios culturales, en este caso, los museos.

        En resumen,  ¿se equivoca el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo al convocar a Carlos Hank Rhon como donante?  Sí, porque es una decisión clientelar que responde a una necesidad inmediata de financiamiento y no a una política de recaudación de fondos de largo alcance que integre a la comunidad. Al contrario, es una decisión que divide y que excluye. Entonces ¿apoyaré el boicot en contra del Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo? Rotundamente no. Este museo necesita de sus amigos, en las buenas y en las malas. Con gusto planearé mi próxima visita.

Y ustedes, ¿qué opinan?

lunes, 11 de junio de 2012

LA CULTURA Y LOS CANDIDATOS


Tras el segundo debate y a unos cuantos días de las elecciones del 2012, los candidatos a la presidencia aún enfrentan sus propias limitaciones para formular y comunicar propuestas de gobierno concretas y viables que permitan al electorado emitir un voto informado y responsable.

De todos los importantes asuntos pendientes en la agenda política del país quiero atraer un momento su atención hacia la cuestión cultural: primero porque me parece que en los medios de comunicación no se le ha dado la difusión necesaria y segundo, porque la cultura, como concepto integrador, es un elemento transversal que recorre todas las políticas públicas del Estado: educación, ciencia, tecnología, política exterior, turismo, derechos humanos, desarrollo social y económico. De ahí su gran importancia estratégica para el presente y futuro de México. Nada despreciable considerando que los candidatos y los medios han puesto si no nula, más bien poca atención al tema.

Sin embargo, hay algunas excepciones. En la página Arena Electoral[1] tuve la fortuna de encontrar un compendio metódico y comprensible de las afirmaciones -escasamente podríamos llamarlas plataformas políticas o incluso propuestas- realizadas por los candidatos a la presidencia sobre la cultura.

En estricto orden alfabético, Andrés Manuel López Obrador propone acciones como reformas estructurales y legislativas, entre éstas el garantizar el derecho constitucional a la cultura, promulgar una ley “general” y crear un organismo autónomo que coordine la política cultural del país. Asimismo no deja de lado el cuidado del patrimonio cultural y los estímulos a la creación mediante becas. Grandes acciones todas ellas pero escasos objetivos. Al parecer, para López Obrador la cultura es únicamente la serie de instituciones, leyes e incentivos que emanan desde un gran Estado patrocinador, magnánimo y centralizador. Importante decir el qué pero más aún el explicar el cómo.

Enrique Peña Nieto se pronuncia a favor de los estímulos “a la generación y preservación de las diversas expresiones culturales” y del fortalecimiento “de la vertiente cultural del sistema educativo”. Frases medianamente vagas que dejan mucho a la interpretación. Para Peña Nieto, la cultura es una estrategia para la “recomposición del tejido social y para combatir las conductas antisociales y la violencia”. También propone generar una política pública que fortalezca “las industrias y empresas culturales orientadas al desarrollo social de los mexicanos” así como a crear alianzas con el sector privado y otorgar incentivos fiscales. En pocas palabras, para el candidato Peña Nieto un poco de educación aquí, un poco de inversión privada allá y algunos tantos festivales culturales nos librarán, con suerte, de la violencia y el rezago económico. Fácil dar buenas razones cuando no se definen los objetivos ni la instrumentación de los mismos.  

Entre los propósitos de Josefina Vásquez Mota surge una vez más la inquietud de crear un nuevo organismo rector del área, en esta ocasión bajo la forma de una Secretaría. Igualmente se pronuncia por garantizar el derecho a la cultura, aunque no especifica el cómo hacer realidad esta medida. La candidata se compromete al “desarrollo y promoción de museos y bibliotecas” –debe ser porque anteriormente no se había hecho-, así como a “crear un sistema de seguridad social para los artistas y creadores mexicanos”. Finalmente, aseguró que multiplicaría por 10 el presupuesto dedicado a la cultura aunque falla una vez más en aclarar la proveniencia de este presupuesto y los sectores específicos en los que se aplicaría.  Una vez más, se dice el qué pero nunca el cómo.

El candidato Gabriel Quadri de la Torre habla de convertir al CONACULTA en un “órgano independiente con presupuesto, personalidad jurídica propia y autonomía de gestión” además de que propone sistemas de evaluación a los trabajadores y directivos.  En sus propuestas habla de la creación de un Fideicomiso Nacional de Cultura armado con presupuesto proveniente de aportaciones privadas e internacionales; así como de dinamizar el sector con “concesiones en alianzas público-privadas para la comercialización de productos culturales”.  Por último, en materia de política exterior, propone la “proyección de México en el mundo a través un sistema ambicioso de difusión cultural”. Una vez más grandes conceptos sin mucho fondo o sustancia, aunque vale la pena destacar sus menciones al sector privado y su posible participación como patrono o mecenas, por más limitada que sea esta noción hoy en día.
Cada elector será el mejor juez de los candidatos y sus propuestas emitiendo su voto este próximo domingo 2 de julio, seamos verdaderos ciudadanos prolongando nuestra acción democrática más allá de las urnas siendo críticos, informados y participativos. Hasta aquí mi invitación.


[1] http://www.arenaelectoral.com//temas/detail/4  

lunes, 23 de enero de 2012

KODAK: BANCARROTA E INNOVACIÓN


Después de más de 130 años, Kodak se declaró en bancarrota el pasado jueves 19 de enero. Incapaz de hacer frente a sus acreedores sin solicitar un préstamo bancario por 650 millones de dólares, en comunicado de prensa sus ejecutivos afirmaron que Kodak continuará funcionando normalmente en tanto se reorganizan sus finanzas. La reestructuración de Kodak no implica a sus subsidiarias como es el caso de la George Eastman House (International Museum of Photography and Film) destacada institución que bajo el nombre del fundador de la empresa, exhibe, conserva y estudia el patrimonio fílmico.

            No podemos negar que la compañía ha enfrentado escenarios difíciles en los últimos años. El predominio de la fotografía digital redujo substancialmente sus ganancias por la venta de películas y papel. Sin embargo, históricamente Kodak ha demostrado que en el ramo fotográfico son más bien líderes que seguidores.

            "You press the button, we do the rest"  prometía la publicidad de Kodak en 1888 cuando esta compañía norteamericana introdujo al mercado la primera cámara fotográfica portátil transformando así y para siempre, la forma en que se capturaban y reproducían imágenes. Durante un siglo innovó con maravillas entonces modernas como la cámara Brownie, la película de acetato "safety film", la película en color Kodachrome y la cámara Instamatic, inventos que en su momento cambiaron nuestra visión del mundo. De hecho, entre sus patentes se encuentra la creación de imágenes digitales presentando en 1975 la primera cámara que tenía estas propiedades.

            Siendo así ¿qué está pasando con el gigante de la fotografía norteamericano? Ocurre que una innovación no hace mercado, y que para obtener ganancias hay que vender, no queda de otra. Atenida a la frustrada venta de 1,100 de sus patentes, Kodak podría no ser la única empresa en sufrir pérdidas económicas debido a los cambios en los hábitos y consumos culturales en esta llamada era digital. Algunos ejemplos: el año pasado Dish compró Blockbuster por 320 millones de dólares y casi inmediatamente comenzó el cierre de las tiendas en los Estados Unidos que no reportaran ganancias. La televisión por cable bajo demanda, los servicios de internet con programación a la carta y sobre todo el modelo de negocios de Netflix donde por una suscripción mensual se tiene acceso ilimitado a películas y programas de televisión, fueron el pico y la pala que cavaron la tumba de la renta de vídeos.  Simplemente no tenía sentido.

            Otro caso paradigmático es el de Borders, el segundo minorista más importante de venta de libros en los Estados Unidos. Después de ser incapaces de encontrar compradores después de declararse en bancarrota a principios del 2011, se vieron obligados a cerrar 300 tiendas en un intento por paliar las pérdidas. El plan de reestructuración buscaba dar alcance a dos fuertes competidores: Barnes and Noble y Amazon, quienes le llevaban una importante ventaja en cuanto a la incorporación de las ventas en línea y los formatos digitales se refiere, la pregunta es: ¿los podrá alcanzar?  Me parece que no.

            Kodak es el artífice de la fotografía popular. Si bien no son los inventores del proceso como tal, su gran mérito consiste en concebir y mercadear una nueva manera de “hacer” fotografía: más sencilla, práctica y casi instantánea, acercando al aficionado a una labor que anteriormente había estado reservada a muy pocos. Una verdadera revolución cultural de la imagen.
             
           Para más información acerca la reestructuración financiera de Kodak puede consultarse: http://www.kodaktransforms.com/. También muy recomendable visitar el archivo en línea que ofrece la George Eastman House en: http://www.eastmanhouse.org/index.php

FREDERICK FARGO CHURCH.  George Eastman con una cámara Kodak abordo del S.S. Gallia. 1890. Impresión en albúmina de un negativo Kodak. George Eastman House, Rochester, N.Y.

lunes, 9 de enero de 2012

5 TENDENCIAS CULTURALES PARA EL 2012

Esperando que el presente año los encuentre con el ánimo renovado, nuevos proyectos y rodeados de las mejores compañías, a continuación les propongo cinco tendencias culturales que, a mi juicio, estaremos experimentando en el 2012 y que podrían orientar nuevas formas de pensar, ser y actuar en un futuro no muy lejano. Siendo así, tomemos nota.

1.   LIBROS DIGITALES DE VALOR AGREGADO Si bien en 2011 experimentamos la consolidación de las redes sociales, este año veremos el uso generalizado de las tabletas en la vida cotidiana y sobre todo como medio para la lectura de valor agregado. Solamente en 2011 el 40% del mercado de las computadoras fueron las tabletas. La mayoría de las publicaciones periódicas y libros en versiones digitales incluirán multimedia, animaciones, videos, links, interactividad, recursos compartidos y menús complejos con distintas opciones que enriquecerán la lectura. Para muestra, una aplicación: el poema Blanco de Octavio Paz que el CONACULTA puso disponible vía AppStore.

2.   LO MÍO ES TUYO Y LO TUYO ES MÍO. Reciclar, compartir e intercambiar son tres acciones que serán claves en las relaciones sociales y el consumo cultural durante el próximo año. Al menos dos factores impulsarán esta tendencia: la economía en crisis y la conciencia ecológica. Sin embargo, hay un tercer factor decisivo y de mayor alcance: el sentido de comunidad. Modelos de negocio en Estados Unidos como  Relayrides donde automovilistas particulares se organizan para compartir su vehículo por hora o bien, iniciativas gubernamentales como Ecobici en la Ciudad de México, son buenos ejemplos de esto.

3.  DE LA PERIFERIA AL CENTRO. Para nadie es un secreto que el centro geopolítico y económico del planeta está cambiando. La mayor presencia internacional de países como China, Rusia, India, Brasil y China (BRIC) debe mantenernos alerta en cuanto a las nuevas oportunidades de intercambio cultural y económico se refiere. Un dato para ilustrarlo: de acuerdo a la Organización Mundial del Turismo, los chinos efectuaron 30 millones de viajes al extranjero nada más en la primera mitad del 2011 y se espera que esta tendencia aumente el próximo año. También la presencia cultural será destacada, por ejemplo, durante este mes de enero en el Centro Cultural Banco do Brasil en Río de Janeiro se presenta la exposición India! que muestra arte contemporáneo de ese país.

4. CIUDADANOS AL PODER La parálisis en la que se encuentran México y Estados Unidos debido a la vacua rivalidad de sus partidos políticos encontrará un justo y poderoso contrapeso en la acción ciudadana. Claro, si actuamos como verdaderos ciudadanos: siendo críticos y participantes. Hay que atrevernos a "hablar mal de México" como escribió Denisse Dresser en El país de uno. Armarnos de valor para evidenciar la corrupción y señalar a los corruptos. Este año electoral será decisivo ya que nos debatiremos entre la fragmentación y la integración como sociedad. Estemos preparados.

5.   HARTOS DE ESTAR HARTOS. Por último, después de más de una década de malos augurios y temores apocalípticos, me arriesgo a creer que al término de este año iremos hacia polo opuesto. Cansados de vivir con miedo, bajo amenazas reales o imaginarias, presas del desánimo y del cinismo, a finales del 2012 haremos espacio al optimismo y a la esperanza. Pero no al optimismo ciego como ruta de escape a la decepción política y a la crisis económica, sino como un verdadero deseo de vivir de manera más plena, como una voluntad organizada y transformadora de nuestro entorno social y nuestra relación con la naturaleza. El consumo de productos "verdes", la demanda por empresas socialmente responsables y la importancia de la colectividad por encima del individuo tendrán especial importancia en los próximos cinco años. Habrá esperanza después de todo.