lunes, 28 de octubre de 2013

6° SEMINARIO PERMANENTE DE MUSEOLOGÍA EN AMÉRICA LATINA


El viernes 25 de octubre participé en la Sexta Edición del Seminario Permanente de Museología en América Latina SePMAL, evento organizado por el Posgrado en Museología de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía ENCRyM de la ciudad de México, perteneciente al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). El propósito del encuentro en palabras de sus organizadores es “ofrecer a los interesados en el quehacer museológico latinoamericano un espacio de reflexión crítica respecto a la multiplicidad de aspectos a los que atiende este ámbito de conocimiento y ejercicio profesional en la región”.  

Mi intervención tuvo lugar en la mesa bajo el título “El manejo de colecciones. Experiencias prácticas y lecturas contemporáneas”, espacio que tuve el gran honor de compartir con la restauradora Ma. De Lourdes Gallardo del Museo del Templo Mayor y con Carmen Cuenca, directora del Museo Tamayo de Arte Contemporáneo.  

La cuestión que puse a discusión del auditorio fue la condición de posibilidad o imposibilidad que la museología tiene como disciplina compleja -incluso me atrevo a decir que como una transdisciplina- de transmitir y dar sentido a los objetos culturales conservados, documentados y exhibidos en el ámbito del museo. El estudio de caso que les propuse fue nuestra experiencia con la Casa Histórica Arocena, un museo en la ciudad de Torreón dedicado a interpretar los fenómenos relacionados a la economía, la política, la vida privada y la movilidad social dentro de la Comarca Lagunera durante el periodo comprendido entre 1919 y 1936.

Jean Baudrillard en “El sistema de los objetos” nos dice que “en el espacio privado, cada objeto, mueble y habitación interiorizan la función asignada por el uso, pero también se revisten de dignidad simbólica; por ende, la casa entera lleva a su término la integración de las relaciones temporales en el grupo semi-cerrado de la familia”. De tal suerte que la cultura material también permite establecer en el ámbito del museo, hipótesis sobre las relaciones humanas en un lugar y momento específicos del pasado.

En resumen, y bajo esta línea teórica, en la Casa Histórica Arocena se recrearon las habitaciones familiares como ambientes destinados a facilitar la interpretación histórica y el otorgamiento de sentido al sistema de objetos dispuestos en cada contexto específico. Colores, formas, materiales, ubicación y espacios, todo es funcional, adaptado al orden o al sistema de los objetos y al valor de sentido que transmiten en su conjunto, interrelacionados. Cada ambiente de la Casa, evoca historias relacionadas a la vida privada, la economía, la política y la sociedad de un tiempo que es considerado por muchos como una belle époque en el norte de México.


Cierro mi estrada de hoy al blog agradeciendo al maestro Andrés Triana Moreno y a su equipo de la ENCRYM por la invitación; y a Rodrigo Witker, museógrafo del Museo Arocena, por haber servido de nexo entre ambos. Mis felicitaciones por la buena organización del evento, y una sincera invitación de mi parte para que los lazos tendidos en esta ocasión perduren en otros intercambios futuros entre los profesionales e instituciones involucrados. 

lunes, 21 de octubre de 2013

¡100 ENTRADAS DEL MUSEO IMAGINARIO!


Cada semana le dedico su merecido tiempo a la administración de este blog. Un tiempo que en aras a su supervivencia (y la mía), he repartido de manera más o menos eficiente en las siguientes etapas: 1. Preocupación porque no tengo nada sobre qué escribir; 2. Exploración de temas de actualidad a ver si hubiera alguno que valiera la pena comentar; 3. Revisión de temas relacionados a mi propio quehacer, de mis comisiones de trabajo fuera o del diario, y que pudieran ser interesantes para el blog; 4. Sincera emoción por el momento Eureka en que encuentro el tópico de la semana (¡yey!); 5. Documentación del contenido con fuentes, referencias e imágenes; 6. Redacción de la entrada; 7. Programación para que salga puntualmente al siguiente lunes; 8. Publicación en la web abierto al público 9. Difusión en redes sociales como Facebook y Twitter y, claro, a final, cierro el círculo volviendo a la preocupación de no tener nada sobre qué escribir. 

Toda esta reflexión la hago con motivo de que el pasado lunes 14 de octubre, me sorprendí al notar que el blog Del Museo Imaginario había llegado a su entrada número cien ¡100 posts, nada mal! Haciendo un poco de historia, la primera entrada en la plataforma de Blogspot la subí el 30 de enero del 2009. Casi inmediatamente, en febrero del mismo año, los amigos de la página Artes e Historia México me invitaron a participar en su plataforma, en la que felizmente continúa al día de hoy. En el 2011, Del Museo Imaginario ingresó también al Programa de Gestión Cultural de la Universitat de Barcelona a través de su proyecto colectivo Blogósfera Cultural, importante espacio donde confluyen otras iniciativas blogueras en Iberoamérica.

A la fecha, el contador de Blogspot ha registrado poco más de 45mil visitas a Museo Imaginario desde su primera entrada en 2009, lectores provenientes principalmente de México, los Estados Unidos y España. Vale la pena mencionar que el Twitter @museoimaginario cuenta al día de hoy con 16,230 seguidores, a los que me gustaría llamar también, lectores ¿por qué no?

Pero más allá de las estadísticas, redacto estas líneas con el principal motivo de compartir con ustedes, el enorme gusto que significa para mí administrar este espacio. Les agradezco por su tiempo, comentarios y seguimiento. Igualmente, es mi intención reconocer al equipo de Artes e Historia México y de Blogósfera Cultural por apostar tan generosamente a este espacio, esperando que su confianza siga aportando a la vida del blog. Por mi parte, el entusiasmo sigue intacto ¡como el primer día!

Sólo como dato curioso y para cerrar el tema de hoy, a continuación enlisto el “top five” de las entradas más populares de las 100 Del Museo Imaginario.  Tantos temas se han tocado, que la muestra es por demás diversa: arte contemporáneo, historia colonial, cultura popular, políticas culturales en México, colonialismo y globalización… ¿está aquí su favorito?

1.      Francis Alÿs y los 300 rostros de Fabiola (24 de febrero, 2009)
3.      Panamá y sus diablos (30 de mayo, 2011)
4.      México y la corrección política de una marca país (18 de octubre, 2010)

5.      Día de muertos según Disney (13 de mayo, 2013)

Imagen: Franz Marc Frei. Getty Images

lunes, 14 de octubre de 2013

LO IRREVERSIBLE DE "EL CABALLITO"


Nos decía un profesor de la Licenciatura en Restauración que en la limpieza de bienes culturales: “más valía dejar una buena mancha que hacer un mal hoyo”. Es decir, que más valía dejar un poco de mugre en la superficie de una pintura de caballete –pongamos como ejemplo-, que seguir tallando y desgastando la obra como si quisiéramos llegar hasta la misma tela de soporte. El profesor quería advertirnos, de una manera muy coloquial, sobre la credulidad, la soberbia y el exceso de confianza, todo esto para no terminar “sacando el cobre” como le ocurrió a Arturo Javier Marina Othón, el infame artífice de la reciente intervención a la estatua del rey Carlos IV a la que todos llamamos “El Caballito”.

La intervención realizada por la compañía “Marina. Restauración de Monumentos” al amparo del Gobierno del Distrito Federal y el Fideicomiso del Centro Histórico, resulta a todas luces excesiva. Los profesionales de la restauración saben que bajo ciertas circunstancias hasta el agua destilada podría resultar dañina, no se diga un ácido nítrico en solución al 30% aplicado a una aleación de bronce de poco más de 200 años de antigüedad. Esto me parece hasta de mera prudencia y sentido común. Evidente que el señor Marina Othón desconoce ambas. Sin embargo, en su comunicado a la prensa nacional con fecha del 9 de octubre pasado, argumenta que sabe todo acerca de la intervención de monumentos urbanos en la ciudad de México, que cuenta con las credenciales que le da el ser un “apasionado de la Historia Patria” –así con mayúsculas, lo que ya nos da una idea de su concepto de historia-, y que sus métodos son los del escultor Ricardo Ponzanelli. Cito de su comunicado: “Ni todos los ‘especialistas de escritorio’ de los institutos y organismos relacionados con la preservación del arte en bronce superan la experiencia y sabiduría del apellido Ponzanelli.” ¡Toma ésa Instituto Nacional de Antropología e Historia!

Normalmente no me enfrasco en las discusiones sobre los temas del momento, pero ha sido tal la expectativa suscitada por este caso, que realmente me vi compelida a expresar mi opinión no tanto sobre la “limpieza” en sí del “El Caballito”, ni sobre las posibles responsabilidades de los involucrados, sino sobre el fenómeno de opinión alrededor del mismo: ¿Qué es lo que tanto nos molesta?  ¿La inexperiencia de la empresa contratada por el Fideicomiso del Centro Histórico? ¿Su falta de credenciales, la ausencia de permisos en regla, la complicidad de las autoridades? ¿Su acusado mal gusto y el desinterés de quienes lo vieron errar frente a sus propias narices? ¿La ausencia de criterios normalizados, el desprecio a la profesión del restaurador y lo irreversible del daño causado por una técnica errónea de intervención?  Me parece que es todo eso, y a la vez, nada de lo anterior. La incomodidad, la indignación y el cuestionamiento van más dirigidas a evidenciar el vacío dejado por una autoridad laxa y permisiva, más que a señalar la equivocación de un sujeto contratado por el mismo sistema. 

Siendo así, y a pesar de todo esto, mantengo un punto de coincidencia con el comunicado de prensa del señor Arturo Javier Marina Othón. En éste, cuestiona la indiferencia, desinterés e incluso elitismo de las mismas autoridades que lo han contratado, cito nuevamente: “(…) si como se especifica en la Ley Federal de Monumentos, corresponde al INAH e INBA la protección, conservación y restauración de monumentos, ¿DÓNDE HAN ESTADO ELLOS?” (Las mayúsculas son del documento original). 

En efecto, ¿dónde han estado? Concluyo que lo verdaderamente irreversible del caso,  es el daño infringido a la percepción pública sobre el desempeño de las autoridades culturales de nuestro país,  tan ausentes y abúlicas en otros asuntos, pero también tan sobrepasadas por la dimensión de sus amplias responsabilidades a nivel nacional. Como sea, resulta curioso que de repente hayan levantado la cabeza para hacerse presentes mediante una campaña de declaraciones y comunicados oportunos y expeditos ¿Qué sentido tendría apelar con tanta vehemencia en una controversia que ellos mismos provocaron con su propia ausencia? Mientras, "El Caballito" espera. 

Imagen: Cartón de Nerilicón para el periódico "El Financiero". 9 de octubre del 2013. 

lunes, 7 de octubre de 2013

EL MATADERO-MADRID: INNOVACIÓN EN GESTIÓN CULTURAL

Mucho ha cambiado en el antiguo barrio de Legazpi con la apertura  en 2007 de El Matadero-Madrid. Centro de creación contemporánea, un espacio cultural de amplio espectro que tiene como misión la promoción de la creación en todas sus formas y expresiones, con especial atención a las propuestas transversales, a mediante tres ejes de actuación: formación, producción y difusión. Ubicado en el antiguo matadero y mercado de Arganzuela, actualmente cuenta con 165.415 m 2 útiles y  más en proceso de remodelación, destinados a la actividad cultural en todas sus formas. Esto ha sido posible a partir de la hábil orquestación de los esfuerzos de un nutrido grupo de arquitectos y proyectistas que estructuraron en torno al conjunto de pabellones originales del matadero un teatro, cineteca, restaurantes, salas de lectura, ferias de diseño, salas de exposición, áreas para el descanso, la actividad física y las acciones creativas; además de los servicios complementarios para los visitantes. El conjunto se dispone armónicamente en un ambiente que por sí mismo favorece la pausa, la reflexión, la convivencia y, sobre todo, el intercambio entre distintas disciplinas e individuos.

Imposible destacar uno solo de sus espacios o funciones sin dejar de lado la experiencia de recorrer el conjunto. Cada quien encontrará en su visita el área y actividad de su preferencia, garantizado: un concierto en la nave de la Música, proyección de filmes en la Cineteca, teatro experimental en las Naves del Español, servicios de documentación y biblioteca en la Casa del Lector, unas copas en la Cantina o Café del Teatro, exposiciones de arte en la Nave 16, por sólo mencionar unas cuantos de los espacios disponibles como oferta permanente, además de la extensa cartelera temporal que se renueva casi mensualmente. Me parece que es justamente este espíritu de integración armónica del conjunto, continua innovación y sentido de la oportunidad, lo que le otorga su especial carácter a El Matadero-Madrid, una institución que como espacio de confluencia y diversidad, se inserta de manera muy exitosa en el horizonte de la nueva frontera interdisciplinaria.  


La administración de El Matadero-Madrid también responde a esta nueva frontera donde lo público y lo privado encuentran un terreno común ligado a la cooperación institucional destinada a promover la participación de la sociedad y, sobre todo, garantizar su pluralidad, independencia y viabilidad. Entidades privadas, asociaciones de creadores e instituciones públicas participan por igual: la Fundación Diseño Madrid, la Asociación de Diseñadores de Madrid (DIMAD), la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, la Asociación de Artistas Visuales de Madrid (AVAM), Red Bull España y el Ayuntamiento de Madrid a través de Intermediae. Me detengo un poco en éste último organismo en particular por sus méritos en la promoción de la producción de proyectos artísticos y de innovación social basados en la experimentación y el aprendizaje compartidos cuyos resultados y desarrollo tienen su morada en El Matadero-Madrid.


Residencias para músicos y artistas visuales, festivales de culturas subalternas, ferias de arte emergente, talleres de cine comunitario y de programación de videojuegos, bancos de semillas para huertos y un larguísimo etcétera, se llevan a cabo en y desde aquí. Además, la mayoría de las actividades y el ingreso son gratuitos, ¿qué más se puede pedir? No perdamos de vista este ejemplo modélico de gestión cultural en tiempos especialmente difíciles para el financiamiento de la cultura, tiempos que también demandan acciones originales y modelos no transitados para suplir estas carencias y satisfacer la demanda proveniente del público y los creadores.